Muy pequeño ya...  Soñé mientras miraba las carreras de velocidad en los campos de atletismo. Me pareció fascinante que un deporte pudiera ser símbolo de orgullo y que todos, sin importar su clase económica, pudieran representar a su país de origen en los Juegos Olímpicos.

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Estos valores en los que me encontré, la fuerza de un impulso que lleva a superarnos en un desafío, la perseverancia, el respeto a las reglas, todo mezclado con la pasión y la paciencia para lograr las metas. La idea de no dejarse desestabilizar por el adversario que a veces eres tú mismo: la mente, recuperándose del fracaso levantándose cada vez, y aprendiendo de tus errores.  

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A los 6 años quería ser peluquera, cantante, nunca imaginé ni por un segundo que el deporte podía ser un trabajo!!!  

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  A los 14 años , cuando mi mamá me pidió que eligiera una actividad, descubrí una verdadera pasión por el fitness y el culturismo. Mi reto: conseguir alcanzar el nivel de mi profesor deportivo. Los primeros ejercicios que me causan quemaduras musculares,  lo que a veces incluso me impedía terminar los cursos... A fuerza de perseverancia, sin dejarme influenciar por miradas externas, superé todas mis creencias limitantes, y tuve una revelación  : Quería ser entrenador deportivo.  

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En ese momento los entrenadores deportivos no corrían por las calles y las opciones que me ofrecían se limitaban al FAC de Sport o un DEUST Métier de la for, sin embargo, ya sabía que lo que quería especificarme en el campo del fitness y culturismo.

Estaba iniciando 2 años de estudio en un colegio privado, bajo un contrato profesional como instructor deportivo en un gimnasio a la vez, así aprendí lo compleja que era la vida en una empresa, y no coincidí . Estas tensiones inherentes al mundo del trabajo y las pruebas personales de la vida me llevaron a otro camino: obtener mi título de entrenador profesional como candidato libre.

Diploma en mano , durante mis primeros años de coaching privado, deseando completar mis habilidades en el campo del bienestar, me formé en masaje californiano, luego tuve que pasar por un trastorno físico y psíquico a raíz de una lesión. Rico en estas experiencias que me permitieron evolucionar, tuve que enfrentar los hechos: la vida empresarial no estaba hecha para mí.

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Durante este período de introspección , sin poder expresarme más con la ayuda de mi cuerpo, logré exteriorizar mi desbordamiento de creatividad al redescubrir mi primera pasión: cantar. Acababa de encontrar cuál era el mensaje de este calvario: dar sentido a mi vida a través de mis múltiples actividades, combinando deporte, relajación y música.

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Así que agregué una cuerda a mi arco, convirtiéndome en un entrenador mental . Un proyecto que maduré y desarrollé con mimo: practicando la meditación y visualizando el entrenamiento deportivo.  

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El multipotencial es un bien de creatividad, innovación y sensibilidad, de una riqueza extraordinaria... Tomar conciencia de ello ha  añadió un poco de armonía a mi vida. 

Hoy me siento bien, necesito desafiarme y he encontrado mi equilibrio entre el deporte y la música.